sábado, 23 de agosto de 2008

El dia D

Dia 4. Arromanches.


Amaneció, desmontamos y antes de salir a carretera nos dimos una vuelta en velos, por todo el lago. Por cierto, nunca pensé que las señales como las de la foto servían para algo. ¿Se va a cruzar un ciervo en la carretera? … pués si.

No llevaba cornamenta, pero cruzó sin pensárselo un segundo. La llegada a Arromanches, supuso el comienzo de nuestro desembarco. Desde siempre la costa de Normadia, ha sido uno de los lugares que he querido visitar. Por dos razones: la belleza de sus parajes naturales y su historia relacionada con la II Guerra mundial. La parcela que nos asignaron en el camping era bastante amplia, pero eso si si te quieres duchar con agua caliente, tienes que pagar 1 € por ducha.




Dia 5. El Desembarco.


Sabía que para mi iba a ser un día muy especial. No sé por qué, pero tenía muchas emociones relacionas con el desembarco. La batalla de Normandía, supuso el comienzo de la liberación de Europa de la opresión alemana. Lo más importante fueron las miles de vidas que se perdieron. Las fuerzas aliadas, principalmente americanos, ingleses y canadienses desembarcaron el famoso día D, el 6 de junio de 1944 en las playas de Normandía.




Algunas todavía guardan el nombre clave que emplearon durante el desembarco. Sin duda, la más famosa es la de Omaha Beach, donde desembarcaron parte de los americanos. También es increíble ver el Pont du Hoc, donde desembarcaron los Rangers americanos, en unos acantilados y con unos medios mínimos tuvieron que destruir las baterías alemanas que machacaban los buques y tropas que desembarcaban. A lo largo de toda la costa, quedan restos de baterías alemanas, puestos de mandos, bunkers, trincheras … las mas importantes las de Longues sur Mer.


Pero sin duda, el lugar más emotivo, es el Cimeriere American, donde se escuentran más de nueve mil tumbas de soldados americanos. Miles de cruces blancas, perfectamente alineadas. Simplemente por recordar la memoria de algunos de ellos, me dedique a nombrar los nombres de los que pude. Estando allí, sólo podía tratar de imaginar los que sentirían antes de desembarcar, y el infierno que pasaron durante los días siguientes. En el museo del desembarco de Omaha Beach, hay gran cantidad de objetos de la guerra, escenarios, como se hizo la proeza técnica del desembarco, como se construyeron los puertos artificiales … vale la pena visitarlo.




Hasta aquí la parte bélica del día. Por la tarde nos fuimos al Mont Saint Michel. Simplemente, espectacular. Es increible ver como sube la marea, avanzando como una ola a una velocidad de 1 metro por segundo.


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